El amor por este platillo de origen prehispánico es prácticamente instantáneo y eterno.
Para quien conoce y ama la gastronomía yucateca, no hay manera sencilla de describir al Relleno Negro, pues su sabor nos recuerda a las celebraciones más alegres, a la sazón de nuestras abuelas y a los orígenes de nuestro pueblo. En Izamal este platillo se sirve cada día en Kinich, donde las cocineras tradicionales mantienen con vida su receta.
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Su preparación comienza en nuestro huerto, donde a la sombra de la pirámide Kinich Kakmó crecen chiles y especias que servirán para dar espíritu y carácter al recado con que se prepara este consomé, que para muchos es la estrella de la gastronomía yucateca.
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Pero vamos por partes, después de la cosecha lo siguiente es asar los chiles al fogón, dejándolos en el comal hasta casi carbonizarlos. Este paso se hace generalmente al aire libre y durante la madrugada, cuando el cielo está tranquilo, pues de otra manera el humo podría lastimar los pulmones y ojos de las personas alrededor.
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Una vez listos los chiles, se preparan las semillas de achiote, orégano, cebolla, tomate, así como los demás ingredientes y especias, se trituran hasta obtener la consistencia de un polvo, que finalmente se amasa junto con ajo, pimienta y sal, para obtener la pasta que en Yucatán se conoce como recado negro.
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Antes de la llegada de los españoles y de volverse un platillo mestizo, en Yucatán se preparaba con liebre, pavo de monte o jabalí, incluso con bolas de masa de maíz. En Kinich actualmente lo preparamos con carne de pavo y gallinas de patio, mismas que se alimentan con semillas y frutas seleccionadas cuidadosamente para optimizar el sabor y la suavidad de la carne, respetando los ciclos de vida de la madre naturaleza.
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El recado diluido en agua hierve y cocina lentamente al pollo y pavo, junto al otro elemento de este platillo de tres carnes, el but, como se conoce a las bolas de carne molida de cerdo, que esconden en su interior yemas de huevo y claras finamente picadas. Estás “albóndigas negras” se sirven rebanadas, dando un gran balance al sabor y textura.
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El Relleno Negro es tan perfecto que el único complemento que necesita son tortillas de maíz hechas a mano y tu bebida favorita de nuestra nueva Mixología Kinich.
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Que probar nuestro Relleno Negro sea el pretexto que te traiga a Izamal, haz tu reservación y visítanos en el pueblo amarillo.
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