Un Pueblo Mágico es una entidad de México con atributos distintivos y únicos, pero con ciertas características en común, como el preservar la historia, arquitectura, costumbres y tradiciones de la zona. Además debe contar con atractivos naturales en el área, así como estar a no más de 200 kilómetros de un destino turístico importante. Los Pueblos Mágicos de Yucatán son cuatro y ejemplifican a la perfección su personalidad ancestral, resguardando entre sus calles la magia de las tierras del mayab.

 

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Izamal

Conocida como “La Ciudad Amarilla”, por el color que predomina en las calles, Izamal se caracteriza por sus monumentos mayas incrustados dentro de toda la comunidad, así como por su enorme convento, que es lo que la mayoría de los visitantes vienen a ver. La sensación general de tranquilidad del lugar y sus ciudadanos es relajante, el ritmo es suave, haciendo el paseo es sencillamente genial, sin mencionar que la posibilidad hacer ejercicio aeróbico subiendo a la pirámide de Kinich Kakmó, después de un sustancioso almuerzo yucateco en el Restaurante Kinich, es una gran ventaja.

 

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Izamal es una magnífica excursión de un día que puede combinarse con el sitio arqueológico de Aké, el pueblo de Kimbilá por su oferta textil, o quizás el fotogénico cementerio de Hoctún.

 

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Maní

Este pueblo mágico es bastante conocido por sus monumentos y el poc chuc, conceptos no relacionados. Aquí podrás conocer más del “Acto de Fe”, un evento histórico de gran tristeza, además de visitar el convento/iglesia semi-construido también podrás pasear por las calles, pon atención justo enfrente del convento y echa un vistazo a las paredes y banquetas de las casas, encontrarás piedras “prestadas” de un templo maya situado en ese mismo lugar.

 

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La referencia al Poc Chuc proviene de la excelente versión del plato tradicional yucateco preparado por el restaurante Príncipe Tutul Xiú en el corazón de Maní. Hay que tener en cuenta que los Xiú eran una de las varias “tribus” o grupos de mayas que gobernaban distintas partes de la península. Maní se encuentra en el corazón del “huerto del estado”, muy cerca Oxkutzcab, famosa por su mercado mayorista de frutas y verduras. Otra gran recomendación en el área se encuentra entre Oxkutzcab y Akil, El restaurante Codornejo que sirve conejo y codorniz a la parrilla.

 

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Sisal

Es el único Pueblo Mágico costero del estado y se encuentra no muy lejos de Celestún, en la costa del Golfo de México, fue el primer puerto original y oficial del estado. La calle principal cuenta con fachadas pintadas de bonitos colores con murales que completan la escena.

 

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Su magia radica principalmente en su ambiente relajado y el hecho de que muchas actividades orientadas a la naturaleza y al agua son accesibles así como sus maravillosos almuerzos de mariscos frente a la playa, sumamente agradables sobre todo porque la playa es una de las más bonitas de la costa, con vastas extensiones de arena blanca y aguas tranquilas de color azul verdoso.

 

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Valladolid

Conocida como la Perla del Oriente, es la ciudad más grande entre Mérida y Cancún, así como una parada popular para los autobuses cargados de visitantes que bajan a comprar recuerdos y explorar la ciudad a su regreso de Chichén Itzá. A través de los últimos años se han abierto restaurantes, hoteles y boutiques, con diseños cosmopolitas que contrastan fuertemente con la ciudad que emana un ambiente mucho más maya que Mérida, con una persistente melancolía en el aire.

Se puede visitar el cenote Zací, llamado así por el nombre original del asentamiento maya que había allí; es un cenote espectacular y cavernoso que cubre toda una manzana en el Centro de la ciudad. Visita la iglesia de San Servacio y luego disfruta un helado de coco de uno de los vendedores de la plaza que está justo enfrente. Recorre la Calzada de los Frailes. No te pierdas la Casa de los Venados, el mayor museo privado de arte popular de México, ubicado en una casa colonial magníficamente restaurada.

Valladolid es un lugar excelente para explorar. Las ciudades costeras de San Felipe y Río Lagartos, así como Las Coloradas, con sus lagunas rosas, se encuentran a dos horas en coche. El sitio arqueológico de Ek Balam está cerca, y los exquisitos ahumados del pueblo de Temozón invitan a una parada para comer.