Se sabe gracias a antiguos registros, que desde tiempos prehispánicos los mayas conocían 46 especies de frutales, de los cuales 31 aún tienen parientes silvestres en el área de Yucatán. Lo anterior, aunado al gran intercambio de cultivos que se realizó con la llegada de los españoles y la antigua costumbre de tener huertos familiares o “solares”, pueden en conjunto explicar el por qué de la gran variabilidad de especies frutales que podemos encontrar hoy en día. Sin importar cuál sea la razón, en Yucatán somos muy afortunados por contar con ellas, alegrando nuestro calendario con sus cosechas y encontrándolas en el mercado cuando es temporada. Para nosotros estas frutas son parte de nuestra vida, aunque para ojos ajenas puedan parecer exóticas.

1. Pitahaya 

Esta fruta no sólo es deliciosa, sino que además su belleza te va a sorprender. Esta exótica cactácea que crece cerca de albarradas o muros es una auténtica obra de arte de la naturaleza. Sirve para preparar gelatina, helado, dulces, mermelada… el agua de Pitahaya es super refrescante. Además de ser deliciosa, se le atribuyen propiedades curativas, especialmente contra la gastritis.

 

2. Saramuyo 

También conocida como anona, tiene un cierto parecido a la guanábana, en realidad tiene características que la hacen única. Es un fruto escamoso, redondo, de semillas alargadas y negras. Su piel es verde grisáceo cuando está madura. Su sabor es cremoso, intenso y dulce. Es muy suave y puede partirse con facilidad para preparar aguas frescas o simplemente comerla recién cosechada… ¡Te va a fascinar!

 

 

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3. Zapote Negro (Taúch)

Delicioso fruto de color verde muy oscuro por fuera y cafe casi negro por dentro. La carne es dulce y tersa, es un fruto muy suave que se puede consumir crudo o bien combinarse con leche o jugo para hacer un licuado. Es increíble la textura sedosa que da a las bebidas.

 

 

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4. Piñuela

Es una planta utilizada como cerco en el campo, su fruta es morada, ácida y de corteza un poco “pellejosa”, con una pelusa picosa; de pequeño tamaño se dan en forma de gajos que parecen bombillos. Como estamos en Yucatán, lo más probable es que termines poniéndole chile en polvo y limón.

 

 

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5. Guanábana

Tiene un cierto parecido con el zaramullo en cuanto a textura y sabor. Alrededor de su cáscara tiene espinas que no duelen al tacto, pero se debe tener cuidado para bajarla del árbol y no aplastarla porque cuando está madura la guanábana es sensible ante los golpes.

 

 

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6. Huaya

La huaya es, por su sabor delicioso, una de las frutas más populares en Yucatán. Se come sola o con sal y chile y, si se la congela antes, mejor… En temporada seguro la encontrarás en cualquier esquina de la ciudad. Pero eso no es todo: también tiene propiedades anticancerígenas.

 

 

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7. Caimito

El caimito tiene distintas formas, puede ser redondo, tener forma de pera y su color varía de rojo oscuro a morado o verde pálido… La cáscara es suave y su pulpa es dulce, gelatinosa y exquisita. Las semillas en el centro forman un asterisco o las puntas de una estrella.

 

 

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Estas frutas son otra de las muchas formas en que Yucatán te conecta con la naturaleza y a un ritmo tranquilo, en el que tener tiempo para disfrutar de los pequeños placeres de la vida es posible.